El pasado fin de semana – 12 y 13 de mayo – se dieron cita en la Base Aérea de Alcantarilla [Murcia] más de 70 paracaidistas, entre civiles y militares, para intentar establecer un nuevo récord nacional de vuelo en formación. La cifra deseada era el 70way, un guiño al 70 aniversario del primer lanzamiento paracaidista militar en España.
Para realizar este gran evento, fue necesaria la cooperación entre las entidades militares, civiles, federaciones y empresas colaboradoras que juntas y con un gran despliegue de medios, hicieron posible, 22 años después del primer récord español de formación, reunir a la comunidad paracaidista nuevamente para este reto.
El deseo de todos era llegar a esta deseada cifra, pero, a pesar de los esfuerzos, finalmente no fue posible alcanzar el récord, lo que nos deja la puerta abierta a un nuevo intento y la proclama de seguir entrenando para lograrlo la siguiente vez.
Desde Vivir en las Nubes, he hablado con uno de los participantes [Marino Kalligas] quién nos ha contado de primera mano cómo fue el evento y su experiencia:
Primer Día [viernes 11]
<<El día del récord era el domingo. El sábado había tres altos entreno y el viernes los saltos de calificación. Llegamos el jueves por la noche a Murcia y nos quedamos en el Hotel La Paz, recomendado por la organización.
Se nos dijo que estuviéramos en Base Aérea de Alcantarilla a las 7:45 de la mañana del viernes. Nada más llegar, empezamos con los protocolos de seguridad para sacarnos todos nuestras acreditaciones locales. Posteriormente, realizamos un briefing robusto dado por el Capitán Lomas jefe de la PAPEA quién nos ha comentado el proceso de despegue, toma y dirección de los vientos predominantes, bien como las zonas alternativas de aterrizaje.
Además, recibimos instrucción de los procedimientos para saltos con oxígeno ya que íbamos a saltar desde 6500 metros y necesitábamos usar mascarillas hasta el momento del salto.
A continuación el entrenador del salto nos explicó varios detalles sobre la aproximación a la formación y nos enseñó cuál iba a ser el plan definitivo, las posiciones de cada uno y en qué avión iba cada paracaidista.
El mismo viernes se hicieron 3 saltos a 25 personas para evaluar el nivel de cada volador y hacer la selección de las personas que iban en el grupo A del intento de récord. Todos los saltos se hicieron desde un avión militar de rampa trasera C-295 dónde cómodamente caben hasta 40 paracaidistas o más.
En el primer salto, como suele pasar en la vida, hubo cosas no planificadas: una paracaidista sufrió de hipoxia y el piloto decidió bajar a 13.000 pies para que ella pudiera recuperar el conocimiento, encontrándose bien, volvimos a subir a 16000 pies y saltar.
Esa misma noche, tras ver los vídeos hicimos el briefing para los 55 participantes que formarían parte del intento de récord del domingo. Antes del reto de 70way, se optó por hacer un intento de 55 participantes para garantizar batir el anterior recordó de 54 paracaidistas.
Tras una noche inquieta por los nervios, a la mañana siguiente los 55 paracaidistas estábamos en la base a las 7:30 listos para saltar.

Segundo Día [sábado 12]
Los saltos del sábado fueron un poco más complicados porque los aviones iban con más carga de paracaidistas y necesitaban una pista de despegue más larga de la que necesitamos el viernes, de modo que, para despegar teníamos que ir ya equipados en un autobús hasta la Base de San Javier que comparte aeropuerto comercial con civiles y es también dónde está la Patrulla Águila del Ejército del Aire.
El viaje en autobús nos suponía unos 50 minutos así que casi todos aprovechamos para echarnos una siesta.
Despegábamos del aeropuerto de San Javier pero aterrizábamos en Alcantarilla, por lo que teníamos que tomar en consideración la diferencia de altura del suelo de estos dos sitios y preparar nuestro equipamiento de salto para ello reseteando el Cypres en San Javier y configurar los audibles para que se activaran a una altura distinta de la de despegue.
La Base de Alcantarilla estaba aproximadamente a 270 pies por encima de la Base de San Javier.
Antes de salir de Alcantarilla para ir a San Javier también tuvimos un briefing de media hora sobre la meteorología del día qué es un procedimiento obligatorio de la base militar para informar los paracaidistas de las condiciones que se pueden encontrar al aterrizar.
Una vez en San Javier nos esperaban los dos aviones y tras un tiempo de espera estábamos listos para despegar.
El ascenso se hizo con la cabina presurizada y duró aproximadamente unos 15 a 20 minutos. En el vuelo iban 2 pilotos y dos personas encargadas del oxígeno, también dos jefes de salto.
Los jefes de salto o jefes de carga nos decían la altura a la que estaba el avión ya que, con el fuselaje presurizado, nuestros altímetros no nos lo indicaban, también nos indicaban la velocidad y dirección del viento en la zona de aterrizaje.
A 6 minutos del lanzamiento, todos nos levantamos y chequeamos nuestros equipos y certificábamos que nadie sufría de hipoxia. Por supuesto, a lo largo de todo el ascenso, los técnicos del oxígeno chequeaban constantemente que nadie tenía hipoxia [falta de oxígeno] o hiperoxia [exceso de oxigeno] que causa hiperventilación con lo cual también lleva a un colocón.
Una buena manera para saber si sufrimos de hipoxia es hacer en nuestra mente cálculos simples matemáticos: si estás sufriendo de hipoxia intenta sumar 9 + 3 y si no te da 12 pues te vas a dar cuenta de que no puede sumar. La chica que sufrió de hipoxia se dio cuenta de que la estaba sufriendo porque intentaba ponerse la máscara de oxígeno al revés con la parte de la boca hacia fuera
Cuando hay sospechas de la falta de oxígeno, un consejo es quitarse un guante o quitarse el casco y ver si nos estamos poniendo morados.
Con el aviso de 2 minutos ya comenzamos a levantarnos de los asientos para tener entero el avión disponible para correr. A 1 minuto de la salida nos preparábamos en nuestros lugares pero sin estar demasiado cerca de la rampa, ya que eso podía descompensar el vuelo y complicaría la salida.
Cuando el piloto del avión líder consideraba que estábamos en el punto de lanzamiento, nos daban la luz verde, entonces teníamos unos 10 o 15 segundos según lo acordado para saltar de la rampa: primero lo hacía la base de 8 personas y luego los demás.
El avión perseguidor es un avión que está más atrás y más bajo que el avión líder, de esta manera, la persona que tiene control visual con el avión líder puede ver cuando salta la base y marcar la salida del grupo para sigan los demás.
La secuencia de la salida era la siguiente: cuando la base estaba colocada y cómoda, uno levantaba la mano para indicar el OK al resto de paracaidistas, seguidamente hacía el tradicional fuera dentro fuera que en este caso y para que todos pudieran verlo se hacia arriba, hacia abajo y hacia la rampa y fuera, momento en el cual todos salíamos corriendo como locos.
Merece la pena mencionar que esos aviones, en general, van a muy alta velocidad y encima con dos motores que echan aire turbulento justo a la rampa con lo cual era importante mantener las manos cerca del cuerpo para no tener dislocaciones de hombro en el momento de la salida.
El sábado se realizaron tres saltos y en cada salto se notaba una mejora considerable respecto al anterior, sin embargo, en todos los saltos había personas que se hundían por debajo de la formación.
Esto ocurre porque al principio, con 8 personas de base, la formación vuela muy rápido a unos 260 kilómetros por hora pero a medida que la gente va realizando los grips, la formación empieza a flotar más y se convierte en un plato gigante y para cuando llegan los últimos, la formación está volando a unos 180km/hora.
Por eso es muy importante mantenernos siempre volando por encima de la formación, porque si de repente empieza a flotar y tú te has hundido y estás debajo, será muy difícil conseguir recuperar la tasa, ya que la formación tenderá a flotar cada vez más.
Para el tercer salto, íbamos muy apurados de oxígeno, por lo que para poder realizarlo, un avión tuvo que ir hasta la Base Aérea de Getafe [en Madrid] para coger más y poder cargar las mascarillas y volver justo a tiempo a San Javier para realizar este tercer vuelo.
Tras los intentos del sábado, se hicieron un par de cambios en el grupo para intentar garantizar el éxito de los 55way, sin embargo y por muy poco, a pesar de que estábamos muy cerca de conseguirlo, en ningún momento se completó la formación de 55 personas.
Tercer Día [domingo 13]
El sábado terminamos sobre las 21:00 y las 7:30 de la mañana siguientes ya estábamos listos para intentar el récord. Este día había mucha presión porque había mucha gente de público en la Base Militar de Alcantarilla para ver el espectáculo que había sido anunciado.
Realizamos dos saltos de intento para el 55way pero no se consiguió por muy poco, ya que hubo paracaidistas que se hundieron en ambas ocasiones y no lograron hacer el grip en la formación, no validado así el récord.
Off Record
La base es tan grande que, nada más aterrizar nos íbamos a una zona de recogida donde un autobús nos llevaba nuevamente de vuelta al punto de embarque, de no ser así, perderíamos por lo menos 30 minutos caminando cada vez.
En algunos saltos nos lanzaron un poco más lejos de la zona y algunos paracaidistas hicieron aterrizajes fuera de zona.
Hay que tener en cuenta que cuando hacemos la separación de tantas personas en tres oleadas una a 7000 pies aproximadamente, otra a 6000 en la última a 4500, la separación real es muy amplia y las aperturas pueden darse en 1 o 2 km cuadrados desde el punto del salto.
Además, una formación tan grande flotan mucho con el viento y dependiendo de la velocidad de este puede desplazarse muchísimo como un plato gigante volador.
En el aterrizaje donde algunos fueron fuera de zona tuvimos la mala suerte de sufrir dos accidentes: un esguince de segundo grado de un participante y una rotura más grave de otro participante quién tuvo que ser llevado a un hospital.
Desde aquí me gustaría mandar ánimos y fuerzas a los que sufrieron el accidente para que se recuperen rápido y pronto y puedan formar parte del siguiente intento.
Tenemos constancia de que la gente que participo en este récord está muy animada para volver a intentar el año que viene y formar un récord incluso mayor del que se planteó este año.
En este evento, lo que ha quedado bastante claro es la conveniencia de realizar saltos de entreno antes del record, porque había muchos voladores con mucho nivel y mucha capacidad que, por no estar al día, no lograron un mayor rendimiento.
A pesar de no haberse logrado el récord, fue una experiencia increíble que sin duda estaré encantado de volver a repetir el próximo año. >>