La pasada semana Mamma Mia vivió su mejor momento como equipo en el Wind Games. Una competición de alto nivel dentro del paracaidismo indoor que enfrentamos con ganas pero miedo, y que al final nos llevó al podio en primer lugar.
La Competición Nacional de Paracaidismo Indoor fue más que un simple evento para el equipo Mamma Mia; fue un desafío desde el principio. Empezando por los cambios en el equipo, y finalmente con una de nuestras componentes compitiendo con 2 equipos en categorías diferentes.
La situación surgió de un momento delicado en otro equipo participante, y al principio, pensamos que podría ser difícil de gestionar para ambos equipos. La falta de tiempo para preparar dos saltos y la posibilidad de errores en las formaciones debido a las diferentes categorías de competición planteaban un desafío adicional.
Sin embargo, lo que nos define es nuestra capacidad para superar las dificultades. A menudo, descubrimos que las situaciones no son tan malas como parecen, y con organización, empatía y trabajo en equipo, podemos superar los obstáculos que se nos presentan.
Este desafío no solo fortaleció nuestro equipo, logramos convertir lo que podría haber sido una dificultad en una experiencia de crecimiento y éxito.
Desde nuestros inicios, hemos tenido que lidiar con el cambio constante, la limitación de tiempo y recursos para entrenar, y la necesidad de adaptarnos a nuevas situaciones.
Cada competición nos ha puesto a prueba de diferentes maneras, pero siempre nos hemos mantenido firmes en nuestra determinación de avanzar.
Más que una medalla: el resultado de la persistencia
Llegar a Windoor Empuriabrava y convivir con equipos de alto nivel fue una experiencia verdaderamente increíble para Mamma Mia. Sumergirnos en un entorno que inspira y motiva a mejorar constantemente es algo que no tiene precio.
Aunque estos equipos estaban concentrados en su competición y no tuvimos mucha oportunidad de interactuar con ellos, nosotras nos centramos en vivir nuestro momento y disfrutarlo al máximo con nuestros compañeros de categoría y los demás equipos nacionales.
A pesar de la «presión» que podía generar ver el túnel lleno de espectadores, te sientes como en una pecera donde todos nos observaban, el ambiente era increíblemente acogedor y positivo.
Aunque los nervios aparecieron en algún momento, logramos volar con más relajación y disfrutar como nunca antes, a pesar de haber sido el año en el que menos entrenamos como equipo.
Esta experiencia nos enseñó que, a veces, no se trata solo de la cantidad, sino de cómo nos enfrentamos a los desafíos y cómo aprovechamos el momento presente. Aprendimos a confiar más en nuestra preparación y en nuestra capacidad para adaptarnos a las circunstancias.
Aceptando los retos como oportunidades de crecimiento
Estoy convencida de que cada desafío que enfrentamos es una oportunidad de crecimiento. Cada obstáculo superado nos lleva un paso más cerca de alcanzar nuestros sueños. Aceptar nuestras limitaciones y trabajar para superarlas es el primer paso hacia la realización.
No se trata solo de ganar o perder; se trata de abrazar valientemente el desafío de mejorar. Cada día nos brinda la oportunidad de aprender, crecer y convertirnos en la mejor versión de nosotras mismas.
Y en ese sentido, Mamma Mia siempre llevará por delante su misión: inspirar a otras mamás a dar alas a sus sueños y mostrar que nuestro rol de madre no nos limita, sino que impulsa a ir más allá.
#DaAlasAtusSueños
